La partida de don Carlos Incháustegui fue una dura e inesperada jugada del destino que, sin embargo, me ha llevado a releer sus trabajos y recordar aquellas horas que se iban como agua en donde su charla siempre amena y llena de sabiduría y amor por los pueblos indígenas de este país.
Una sugerencia que en su momento me hicieran tanto el propio don Carlos como su esposa, doña Cristina, fue el trabajar el mito del origen del sol y la luna según los mazatecos me ha llevado a reconfigurar el universo en el que se desarrollan estas historias, encontrando relaciones entre los relatos aparentemente fragmentados y enfocados a situaciones o personajes en particular que don Carlos tuvo el tino de documentar y publicar.
Así, una nueva línea argumental que tiene visos de convertirse en un guión de largometraje comienza a gestarse.
Acabo de recibir la convocatoria del programa Jóvenes Creadores del FONCA... presentaré el proyecto y a ver qué Dios (o el Chikón) dice...